- Decía Pierre Soulages que cuando pintaba no seguía teoría alguna, pues trabajaba bajo la dirección de un impulso interior, de una exigencia de determinadas formas y colores, de un determinado material, y sólo cuando había llevado eso al lienzo se explicaba lo que quería. Al producir veía con claridad a lo que aspiraba, pues únicamente al pintar sentía lo que buscaba.
- Parece que ese es también el proceso que la irlandesa DRENNAN sigue en la singularidad de su abstracción, a la que responde Haftmann con la apreciación de que el hermetismo abstracto en pintura constituye una tarea cuya realización es de vital importancia para la paz y tranquilidad de nuestra especie.
Sin embargo sus obras establecen contrastes en la superficie, dado que su acción culmina en un primer plano que se convierte en un foco central que abandera con sus fuertes y enérgicos trazos el ethos de una expresión que confiere a todo el espacio la integridad de un recitado visual.
En este pícaro mundo, a quien habla claro, todo le sale turbio.